Crisis o Aprovechamiento

Desde mi inicios en el mundo de la construcción hace ya seis años, donde después de pasar 2 años como responsable de una ingeniería en el departamento de presupuestos, empecé a entender lo importante que era dar la tranquilidad necesaria que tiene que tener el cliente a la hora de pedirle lo correspondiente a tus honorarios.

Por aquel entonces, empece de Jefe de Obra donde a la vez realizaba mis labores propias de Director de Ejecución de Obras y Coordinador de Seguridad de esos chalet´s bifamilaires que ejecutaba para un Promotor-Constructor mediante la inestimable ayuda del Arquitecto Guastavo A. Gaetano.

En aquella época, vivíamos en un momento de economía muy bueno. "Y más en la construcción " dirían algunos. Yo llevaba las cuentas y la verdad es que se agradecía cuando las contratas pertinentes atendían a nuestras necesidades para sus certificaciones.

Es verdad que nos encontramos en otro momento y en la actualidad "hay riesgo" y las empresas no están para echar cohetes y los Promotores y/o constructores tampoco, si sumamos el famoso riesgo se encuentran los ingredientes necesarios para un buen cóctel molotov.

Pero lo que nunca nadie se podría imaginar son los riesgos "epidemiologícos" que generan y como la gente del día a día (que también sufren sus crisis, por supuesto) se te apuntan al carro y se creen con potestad de valorar ellos los costes de las cosas.

Para ir un poco al grano, en estos momentos ya me encuentro con tres personas que se sienten orgullosas de pertenecer al grupo de los morosos. Es curioso que sin conocerse ya pertenecen a una misma tribu, mandan hacer sus informes correspondientes a una Arquitecto Técnico/Aparejador y una vez hechos se toman la "decencia de decir no se paga".

Claro no se paga no se entrega, pero que pasa con el tiempo y los costes que han generado ese visado?

¿Verdaderamente, la gente donde ha dejado sus principios?


Yo soy muy claro y trasparente, creo que esto del Blog, podrá funcionar y también creo que el siguiente post será más explicito. Porque tontos podemos ser todos pero todos de verdad.